No puedo esperar a ver más smartwatches de plástico en 2025

La reciente tendencia de los fabricantes de smartwatches a favorecer los materiales de gama alta, como el titanio, como argumento de marketing para atraer a los compradores no me funciona. Soy un ser humano práctico. Preferiría pasar por alto la idea de los componentes internos y las nuevas capacidades de los smartwatches pioneros antes que sus materiales de construcción. No hay duda de que el metal es un material maravilloso y maleable, pero yo diría que hay una alternativa mucho más sensata a los smartwatches.

No me opondría a que las empresas gastaran menos de su presupuesto de desarrollo en carrocerías y fachadas mientras aumentan su gasto en especificaciones, características y software. Optar por el plástico en lugar del titanio lo permitiría.

El plástico es mucho más barato de producir y trabajar que el metal. A diferencia de los relojes analógicos, los smartwatches tienen muchas menos piezas móviles, lo que reduce el desgaste y la longevidad. Gracias a procesos de fabricación inteligentes, el plástico también puede hacerse especialmente resistente. El polímero reforzado con fibra de Garmin, utilizado en sus principales gamas de dispositivos, es un excelente ejemplo de ello. Nadie se atrevería a decir que estos relojes, fabricados principalmente en plástico, son frágiles, ¿verdad?

También hay que tener en cuenta la tendencia del titanio a rayarse. El Galaxy Watch Ultra es especialmente vulnerable, por lo que muchos usuarios prefieren ponerle una funda de plástico. Me encanta la ironía.

También hay algo que decir sobre las cualidades estéticas del plástico. Hay potencial para un sinfín de colores, como el iPhone 5C o la gama de relojes Technicolor de Swatch. Los dispositivos de metal vienen en variantes mundanas brillantes, menos brillantes y mates, sin rastro de personalidad. Por supuesto, el metal adquirirá una pátina preciosa con el tiempo, pero muchos usuarios de smartwatches prefieren que sus dispositivos permanezcan intactos a que muestren signos de desgaste.

También hay que tener en cuenta las ventajas de peso del plástico sobre el metal. El primero es un material mucho más ligero, lo que lo hace menos molesto durante la actividad y en el día a día. Personalmente, no me gusta la sensación de frío del metal en invierno ni su tendencia a quemarme el brazo en verano. Los dispositivos de plástico me resultan más suaves, respetuosos con la piel y mucho más tolerantes.

Decir que el plástico está pasado de moda en estos momentos sería quedarse corto. El material tiene problemas de percepción. Es omnipresente en el peor de los sentidos, lo que supone un riesgo para los seres humanos y el mundo natural. También tiene una connotación negativa cuando se menciona junto a los smartphones y los smartwatches, pero no deberíamos descartarlo fácilmente como material viable para los dispositivos inteligentes.

Como he mencionado en la sección anterior, plástico se utiliza a menudo como término genérico para incluir varios otros materiales, como el polímero y el policarbonato, ambos ya presentes en multitud de dispositivos. Sin embargo, el mayor reto al que se enfrenta el plástico es el reciclaje y la reparabilidad. A diferencia del metal, que conserva su naturaleza, este material pierde calidad cada vez que se somete a un proceso de este tipo. Esto hace que los smartwatches de plástico sean mucho menos atractivos para las grandes empresas preocupadas por su imagen medioambiental, y más propensos a contribuir a la lacra mundial del plástico.

Dicho esto, reciclar plástico es mucho más eficaz que producir plástico nuevo. Algunas pequeñas empresas de relojes analógicos fabrican relojes a partir de residuos plásticos recogidos en los océanos. Si las pequeñas empresas pueden hacerlo, no cabe duda de que las grandes podrían crear fácilmente sectores similares.

Los smartwatches no son dispositivos heredados. Es mucho menos probable que dentro de diez años le pase a mi hijo mi Galaxy Watch Ultra de titanio que un viejo reloj suizo. La abundancia de metal en los smartwatches no cambia eso. Los smartwatches son extensiones de los smartphones; la atención debe centrarse en su funcionalidad, no en su exterior.

Soy consciente de que los smartwatches requieren muchos materiales para funcionar con eficacia. Inevitablemente habrá cristal, metales, pegamentos y resinas, pero esta combinación no es mi problema. Los fabricantes de smartwatches deberían procurar utilizar estos materiales solo cuando sea necesario y emplear materiales adecuados (léase plástico) en el resto de los casos.

Vale la pena mencionar que el plástico no es la única alternativa en este caso. Hay muchos materiales no metálicos, desde el basalto y la cerámica utilizados por HUAWEI hasta nuevas sustancias como la biocerámica empleada por Swatch. Sin embargo, estos materiales siguen siendo demasiado caros para ser viables en el mercado de masas. Por supuesto, también está el aluminio, que constituye la base de muchos dispositivos. Es más barato, ligero y abundante que el titanio. Sin embargo, con empresas de gama alta como TAG Heuer ofreciendo más dispositivos de plástico y Apple planeando lanzar su propio smartwatch de plástico en 2025, podríamos ver muchos más de estos felices dispositivos en las muñecas en el futuro.